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Dance Masters: El inicio del Irish Step Dancing

La danza irlandesa comenzó a tomar la forma que conocemos hoy en día gracias a la aparición de los “Dance Masters” en el 1700. Fueron los primeros maestros de baile oficiales. Antes, la danza irlandesa era más improvisada, los pasos eran adquiridos mirando a otras familias o amigos que bailaban de manera informal en fiestas o encuentros donde sonaba música tradicional. Los Maestros de Baile introdujeron la estructura, disciplina y coreografía y fueron los creadores de las primeras “dinastías” de las Escuelas de Baile.

 

Las Leyes Penales impuestas durante los reinados de Guillermo III, Ana y Jorge II  de Inglaterra, fueron  verdaderamente tiránicas. Los irlandeses fueron obligados a renunciar a su nacionalidad, religión y costumbres, y se prohibió la educación a los católicos. Estas leyes rigieron durante más de cien años y recién a mediados del siglo XVIII se fueron aliviando. Los católicos eran educados a escondidas, en los hedge schools (Escuelas del cerco), humildes escuelas de pueblo, que funcionaban en graneros, salones o al aire libre, en rincones ocultos.

 

La Iglesia – muy puritana en sus enseñanzas – y los británicos adoptaron poco a poco una actitud más benévola hacia la danza y la música; las restricciones ya no eran tan severas y aunque los curas párrocos intentaban frecuentemente suprimir el baile, casi nunca lo lograban. Según se cuenta, cuando se organizaban reuniones en los sótanos de un pub, un chico quedaba en la puerta, y bailaba a un ritmo especial para dar aviso de que se acercaban soldados británicos.

 

Fue por esa época cuando la danza irlandesa floreció, con la aparición de los Dancing Masters (maestros de baile) –máighistir rinnce en irlandés – que viajaban de pueblo en pueblo, hospedándose en casas de familia. Eran personajes extravagantes y enigmáticos. Pretenciosos en su vestimenta, usaban colores brillantes, sombrero estilo Carolina, saco con cola, knee breeches (pantalón tipo bombacha ajustado hasta la rodilla), medias blancas y zapatos de salón, acompañando esta indumentaria con un bastón con mango de plata y flecos plateados. Eran personas muy cultas, influidas por la danza cortesana, la etiqueta, los modales y la conducta social aprendidas en Francia.

 

Sus alumnos le debían sumo respeto. Se consideraba un caballero, se conducía como tal y se esforzaba por inculcar este espíritu entre ellos. Pese a ser el maestro de baile, no se limitaba a enseñar las danzas tradicionales. Generalmente estaba calificado para dar clases de protocolo, esgrima y danzas cortesanas (como valses o quadrilles) a las jóvenes damas e hijos delos más acaudalados.

 

Cuando un maestro de baile llegaba al pueblo era recibido con mucha alegría, pues esto significaba que habría música y baile por unas seis semanas. Primero, conseguía alojamiento en casa de algún granjero a cambio de enseñar a su familia, y disponía de la cocina o el granero para las clases. En Kerry, era muy común organizar las clases de baile juntamente con la escuela del pueblo y en algunos casos el mismo maestro de baile estaba a cargo tanto del hedge school como del dancing school (escuela de baile). Lo acompañaban un músico con arpa, violín o gaita que muchos de ellos eran ciegos, ya que al no poder tener otra ocupación se dedicaban a la música y también daban clases en los pueblos. Tener un maestro en el pueblo era todo un honor y sus habitantes se sentían muy orgullosos de que así fuera. Cada maestro tenía su distrito y nunca entraban en el territorio del otro, aunque a veces competían para  ”ganarse” un pueblo.

 

Muchos de los alumnos eran campesinos que no conocían la diferencia entre el pie izquierdo y derecho. Para superar este problema el Maestro ataba una paja o heno al pie derecho o izquierdo y así indicarles “levanten el pie del heno o levanten el pie de la paja”. Los maestros solían enseñarles ingeniosas rimas en el lenguaje habitual de la gente del pueblo:

“Stretch out the withie foot and withdraw the strawrope foot. Tae a crack out of your joints and a stretch out of your knees Down to the door and up to the corner and may the devil break your feet if you are not hard to teach.”

 

La reputación de cada maestro de baile dependía más del poder de ejecución, de su capacidad para crear pasos nuevos y complejos y de su destreza para interpretar los bailes individuales, que de su habilidad para enseñar. Los bailes individuales como el reel básico, el jig y los solo set tdances (de los que Blackbird, Bonaparte’s Retrear y St. Patricks Day son algunos ejemplos) fueron creación de los maestros. También crearon y difundieron los set y céili dances (Danzas de conjunto), para que los alumnos con menos condiciones también tuvieran la oportunidad de bailar y divertirse.

 

Los solistas estaban muy bien conceptuados; podían bailar sobre una mesa, la tapa de un barril e incluso, en ocasiones, sobre una puerta colocada en el piso. Se decía que un buen bailarín era capaz de bailar sobre huevos sin romperlos o de sostener una olla con agua sobre su cabeza sin derramar una sola gota, y aunque estos dichos sean exagerados, demuestran la disciplina que requería la danza.

 

Cada maestro enseñaba los pasos que él había creado y constantemente iba desarrollando e incorporando pasos nuevos. Cuando dos o más maestros se encontraban en alguna feria, se desafiaban y organizaban una competencia, que sólo terminaba cuando uno de ellos caía por agotamiento. En esas competencias el ganadora no era el bailarín con la mejor técnica, sino el que sabía más pasos. Los maestros de baile perduraron hasta principios del siglo XX y sus sucesores fueron formando las primeras “Escuelas de Baile”.

 

Extracto del libro “La Danza Celta de Irlanda” de Christine Rasmussen.

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